Los nuevos rumbos, los nuevos desafíos, nuevas metas y claro, el aburrimiento de no tener un trabajo como profesor hicieron que tomara la decisión. Llegando me dice Alexis que me tenía considerado para estar en la atención de los remotos... pero una lástima; mi decisión y mis bases ya estaban entabladas en lo que quería hacer con los chicos en los establecimientos y las clases que debo preparar.
El reencuentro con el mensaje del adios muchos no lo tomaron muy bien, pero la resignación y la disposición de que sabían que tenía otras metas y futuro hicieron que los abrazos y las buenas palabras dieran paso. Muchas despedidas, muchos sentimientos encontrados, muchas caras, mucha alegría a la hora de que me iba más que nada porque a todos los tenía chatos de que quería ser profe y no estar encerrado atendiendo en un cubículo toda mi vida, menos un año más...
El recuerdo también se hizo necesario a la hora de tener que abandonar el lugar. Los intentos, las decepciones, las alegrías, las penas y la rabia vivida fueron hechos irrevocables. Muchas veces conversando, riendo, muchos vieron mis penas y me consolaron en los momentos de dificultad. Muchos me decían que esto era el premio después de tantas lágrimas derramadas y de tantas cosas vividas... no había como poder no recordar todos esos hechos, despidiéndome de todos los que conocía desde antes, deseándoles suerte a la gran mayoría y de paso vaciar mi lugar del casillero regalando un poco de azúcar y un tarro en el que guardaba las bolsitas de te.
Al momento de salir del lugar y de bajar por el ascensor al primer piso se me enjugó una lágrima que no pasó a mayores... hubiera querido despedirme de todos y cada uno, pero no se pudo...
sin embargo, las vueltas de la vida nunca están demás... así que esto no es un adiós, es solo un "Ahí te ves..."
KFP!!
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