Hace un tiempo atrás, para la navidad del 2008 a mi familia, a mis papás, les llegó de regalo un cuadro. Un cuadro sugerido por mi en cuanto a lo que se quería plasmar y ver. Coincidentemente, estaba haciendo un cuadro muy grande de caballos peleandose en medio de un fondo café que contrastaba constantemente entre ese color y su matices.
El que se haya puesto a realizar cuadros nació por una instancia personal, de hecho, los cuadros de su casa y el de su pieza son creados por ella; cuadros muy alegres, otros muy tristes y un de matices rojos de fondo que me gustó mucho en donde las sombras de los arboles, en este caso del unico arbol que se maneja, entregaba una tranquilidad suprema.
Bueno, volviendo al cuadro, aconsejé hacer un par de caballos; una imagen en la cual comparten del hocico un montón de pasto seco. Con ello queria simbolizar que ante cualquier cosa ellos se mantenían unidos y sin rabia alguna porque a las finales, pese a todas las dificultades el amor siempre va a estar ahi.
El cuadro quedó precioso, pero faltaba el marco y obviamente lo iba a comprar para poder ponerlo en la casa. Pasó un año y meses hasta que nuevamente ese cuadro volvió a la casa con un lindo marco dorado que hace que el cuadro destaque de mejor forma. Hay que decirlo, es un trabajo muy lindo y hecho con cariño.
Si, el cuadro me recuerda que ante todo, el amor siempre de una u otra forma va a prevalecer...
Que paradoja...
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